Anda, pues sí quería decir algo.

Escribo por escribir y tal vez por no dormir aún, todavía.
Quiero que cierre esta sensación de bienestar.
Arrastro aún demasiada culpa, demasiada culpa:
Por mirar de más o de menos, o demasiado cerca de los ojos.
Por sentir de más o de menos, toda esta inestabilidad estable que se esparce, o así lo siento, en mi derredor.
Perenne, solo la siento cuando ya solo siento que no me tengo que disculpar, incapaz de detectarla cuando está en mí, incapaz de agarrarla para matarla de mí.
A veces la siento como una capa de barro adherida a mi piel, que impide que se me muevan los pies o las manos. Otras, lo siento como un cáncer contagioso, y deseo que me extirpen los pies y las manos.
Tengo negro dentro.
Pero me da igual porque no soy la única.
Porque es inevitable.
Porque me siento bien.

Comentarios

Entradas populares