Secuestro emocional para salpimentar la disociación leve pero casiconstante.

Mañana:
Como cuando Frodo se pone el anillo y se queda gagá. Y luego se lo quita y tan normal. Pues yo no sé donde pierdo los anillos, parece ser que se me caen todos.

Tarde:
Nada puedo ni merezco cuando quiero curar y restaurar pero solo vengo equipada con ruina.

Noche:
Pasó la nube de tormenta. Creo que, poco a poco, es probable, que una mijina, esté empezando, creo, a entender.


Con tanta convulsión se me va a acabar rompiendo algún pilar. A veces siento que se derrumba el muro maestro.

Pero ha pasado la nube de tormenta. Como siempre, me quedo a un lado, como falsa, como flotando. Ahora sé, pero aún no entiendo cómo, de cuando. ¿Del cuándo turbulento?, ¿de los cuandos disfrazados de inocuos?

¿Cómo explico que mi cura no es mía, que es mía porque es de muchos, que somos todos?

Esto es, de nuevo, echar balones fuera.

Ya tomaré esa decisión.

Posterga de nuevo.

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