Como siga stalkeando tu spotify durante tres años más a intervalos irregulares acabaré por pegarme un tiro metafórico en mi capacidad, ya de por sí mermada, de ser y estar. Por eso dejo todo esto aquí junto, como ensayo de nota suicida metafórica, a la espera(nza) de que sea lo último que debo matar, metafóricamente. Con esas cosas no se juega.

La capacidad para encontrar la canción perfecta.
Mi capacidad para echar balones fuera. Tranquila, yo también me harto a mí misma.
Y busco explicaciones retorcidas donde hay sólo evidencias. Paranoia o realidad, casi nunca averiguo a tiempo si debo fiarme de lo que veo, de lo que siento.

A estas alturas...
Ojalá habernos publicado en secreto, quizá, en algún momento. Chillarnos en silencio, con la boca cerrada y los ojos tan abiertos, creando sin querer universos en medio.







O no. No sé. Yo lo vi nítido y luego borroso.
De nuevo, nada nuevo.
No lo dejaré suspendido, tampoco encuentro la herramienta que llegue a cortar el material de ese hilo. Es valioso, lo atesoro. Si no fuera insano, sería loable.

Ojalá no haber salido a correr en círculos, tapando torpe mis agujeros e imperdonables desperfectos, enseñándolos así, inconsciente y descarada,  maculando tu perfección percibida, y a sabiendas errónea. El cuento que me cuento. Haberte hecho saber que perdonaba cualquier (así llamado) defecto. Pero sí, es cierto, que sin querer que fuera un canje pedí saber, sin llegar a ofrecer, si a cambio tendría lo mismo.


Puede que la esté cagando otra vez, asumiendo como propio algo que no es, no fue.
Estoy podrida hasta lo más profundo de mí, mi núcleo se deshace, mugriento; cielo, eso lo sé.
Pero creo que es justo hacer saber que no es una decisión. Lo es mirar a otro lado y fingir que no pasa nada, y que el hedor se va, solo, sin sacar el cadáver. Y namás, cerrar las ventanas, que desde fuera no se note, echadas las cortinas, prietas contraventanas.

Saca el cadáver.

Y crecer es una elección, pero yo...
más bien, búsqueda (y será entonces)
de dirección.

Encuentra el cadáver.

No está muerto, se fue hace siglos de parranda.
La peste es algo vivo.



Lo que forma parte de una a tantas brazas es insano quererlo extirpar. Yo no me mutilo más.
Pena que fuera entonces y no ahora.
Pena saber que si no fuera por entonces..., ahora sería, tan distinto, otro ahora. Seguro.

Que alguien me saque de esta convicción delirante.

O si no...


Déjame salí en cinco años
si aún sigo aquí
que ya sé que mis vueltas solo m'hacen daño
pero por lo que se ve, aun no me supe í

tiré el mechon, tiré un castillo en el aire, tiré una banda sonora que jamás te hizo justicia, to por la ventana
despidiendo el simbolismo con un dramático pañuelo
pero oh, magia:
la magia no existe

déjame salí en cinco años, en dié, si aún sigo aquí

y ya lo entiendo
cómo fue que la cagué, de verda
y en verda lo acepto, que
nofuenofuenofuenofuenofue
pero hay imágene, que
nosenosenosenose
van a borra

ay de mí, si hubiera bajado las persianas
ay de ti, si no fuera yo una niñata,
si no m'empujara-cia dentro,
celosa de to las ventanas, y sus ojos
y tus ojos
y apreté las compuertas porque sentía que si salía el mar, m'ahogaba
y por no inundarte,
me guardé casi to la sal en los labios
y es por eso que en las heridas quemaba

y que ya da iguá, si a mí me lo dirás, que lo sé mejor que na.

Y aún así aquí tienes puerta y portal, y pesebre y hostal, y mejor tarde que nunca y probablemente ya pa siempre, en un huequito chico

porque se desvanecen los reproches, porque forzar el desagrado nunca no salió por la culata.

Ni sé, ni puedo, ni quiero

y aunque entiendo, respiro y acabo por achantar las olas

y miro el horizonte y ciertamente, la tierra se ve;

aquí tienes puerta, portal, pesebre y hostal.



No quería que esta entrada fuera así de larga y explícita. Creo que ayer reventaron unas costuras.



Es tan real que se sublima en fantasía: hoy parecía ser el mejor momento para mirar conversaciones antiguas que nunca me puse a mirar.

Soy lo peor, y desde luego que me merezco to lo que me pase.

Lo último aunque no lo último que queda:


Me choqué contigo y así oí mih cadena.
L'diosa libera' l'ehclava.

Melevaste como n'un juego, yo miraba'l suelo, aterrá.
"No me suelte, no me suelte";
rezaba, y me soltaba.
"No me suelte, no me suelte";
l'aire pegaba bandada.
Medio metro 'lante'l suelo, vi la verdá clara.
Menamoré de tu silencio y del vacío que dejaba. Menamoré de l'usencia de estímulo reale; n'hizo falta.
Bahtó una caricia de'de la pantalla, empezó a borbotá la cahcada.
Pero d'ante, yah'taba namorada.
Menamoré de tu fuerza, menamoré de tu alma, de lah palabra'n bajito, de tus'ojo cuando hablaban.
Menamoré de cuando'e mi recuerdo t'olvidaba, mientra yo'n mi pecho araba, pa tu crecé alta, la tierrah'casa que me queaba.

No se plantó semilla.


Menamoré, menamoré tan fuerte que solo dejaba pasa'l aire si sentía que me odiaba, que yo no era na.
Que tú teníah la llaev, que tú teníah la'hpada, pa luchá contra to lo que nos amordaza.
Yo era solo si tú me respiraba, máh t'anhelaba cuanto máh t'apartaba.

Cesaba'l repiqueteo'lah cadena, to' s'estabilizaba.


To' volvía'su sitio.

Tú diosa, yo ehclava.


Ahora voy intentar no cargarme la carrera por gilipollas.



Comentarios

Entradas populares