I

Despertarme en medio de la noche
echando en falta el calor que nunca me cediste
y espantar lastimeramente el frío con mis manos.

Y el sabor de todas las lágrimas, que cosen
su amargura a mis labios, quienes sonríen tristes,
sabrá por siempre a la pérdida de tus abrazos.

Pero la frase que escogí para que toques
el pecado que no me permitiste,
confieso lo no acometido, muere ahogada en llanto.


22-11-2009

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