Nisinino.

Una vez más he sentido la necesidad de ocultarme parcialmente tras lo que creo que es la máscara de mi interlocutor, a fuerza de quedarme atrás corro tropezándome, tratando ridícula de mantener el ritmo. La voz ahogada, pero continuaba, secretos a voces, callados, se saben y no se dicen, se dicen y no se saben. No sé. O sí, pero me aterra. Y yo de pie, de frente, sonriendo -o no, no lo tengo muy seguro-, queriendo estar en otro sitio, queriendo desterrar a todo aquel que no pertenezca a nuestro reino.
Y sin embargo, ¿cómo te creo? Si ya te tengo con un pie en el trono, siempre y cuando yo pueda ser súbdito. Como decía Fiona:

I'll be your pet 
if you just tell me it's a gift.

Pero yo, en cambio, no necesito porqués, y no sé si la que está en peligro soy yo. Siento que se me huele el miedo a kilómetros y de repente, por un momento, todos los ojos relucen de hienas, ríen hambrientos. Y dices que estás asustada, y no puedo evitar que me reconforte, y te alegra que me reconforte. Y pasa que por mucho que yo ahora me sienta un poco más poderosa -conocimiento es poder-, no sé como utilizarlo. No sé ir de farol, prefiero mostrarme en carne viva, y despellejarme hasta ello suena tan tentador como terrorífico. Me confundo, no sé si quiero, ni qué, no entiendo mis pretensiones y ni imaginarme puedo las tuyas. Y me afirmas dos veces, pero me niegas la tercera.

El remolino en el centro, yo cobarde, me dejas avanzar pero encuentro restos de minas por el camino. ¿Habrá más?.¿siguen ahí?, ¿tengo que ir esquivándolas, sobrevivir, para llegar a ti? Parece que merece la pena, y quizá sea ese mayor miedo que acaso perder una pierna, que aún me quedaría otra.

Me avisas de que ibas a ser cruel, y te pido por favor que lo hagas, que para eso estoy aquí. y que me claves todos los dardos, con tu puntería, donde tienes que dar. Me avisas de que ibas a ser cruel, ¿y no es ya eso serlo? Ya no apetecen los azotes, ni el tequila. Lo desdibujo con cierta repugnancia, porque para qué si podría quedarme aquí mirándote mirar, que luego me lo cuentes con la boca cerrada, que lo lea en las líneas de tu cuello, con su punto y final. Que calles todo lo que no digo, aunque lo diga mal. Que me destroces, que me destroces. Y creo que es pedir un favor.


Semevadelasmanos.


Comentarios

Entradas populares